C.F. GRAUS - 2 -
E.D. SOBRARBE - 2 -
...QUE AL FINAL SE ROMPE.
Ya hace tiempo que veíamos venir que los cadetes podían pinchar en algún partido, porque nos costaba mucho ganar y no encontraban su mejor fútbol: y finalmente se ha cumplido el peor pronóstico en la tarde de hoy.
No hay que buscar excusas. Cierto es que había ausencias importantes hoy por diversos motivos, y que únicamente han viajado doce jugadores en condiciones de jugar, pero ante un rival muy inferior que últimamente contaba sus partidos por derrotas muy abultadas, nuestros cadetes han cedido por fin a la presión y los nervios que venían arrastrando y en ningún momento del encuentro se han mostrado superiores, demostrando con el paso de los minutos que si se vencía, iba a ser otra vez con sufrimiento. Incluso se puede decir que el empate conseguido no ha sido un mal resultado, pues el Graus ha dispuesto de mejores ocasiones que los nuestros en la segunda mitad.
Bastaba con tirar entre los tres palos para conseguir goles, pues el portero rival, de categoría infantil, es bastante inseguro, pero los nuestros solo han lanzado a portería en dos ocasiones, y otras tantas veces en disparos errados, y así es difícil ganar.
Poco comentario más merece el partido. Goles de Óscar (0-1) y Marcos (1-2), y muchas tarjetas amarillas que han culminado con la expulsión de Marcos por doble amarilla, que se pierde el próximo partido, así como Cristian, que contaba con cuatro tarjetas y hoy ha visto la quinta que le privará también de estar en el próximo encuentro frente al Barbastro. Dos ausencias importantes en la defensa, hasta hoy, nuestra mejor línea.
La clave para entender lo sucedido hoy y en los partidos precedentes, creo que hay que verla en el exceso de presión que tal vez entre todos -ellos mismos y quienes les seguimos-, inconsciente e involuntariamente les hemos trasladado, y que en chicos tan jóvenes que no están acostumbrados a soportar esa presión y tensión ha terminado por pasarles factura sobre el terreno de juego -y en algún caso también fuera de él-.
Tal vez lo de hoy sea para bien, y aparten a un lado esa carga de responsabilidad que parecía pesarles como una losa, se tranquilicen un poco, y disfruten con el deporte que tanto les gusta para alcanzar la meta que realmente esté a su alcance, sea ésta la que sea. Y deben saber que quienes les seguimos y apoyamos lo haremos de igual manera en los buenos y en los malos momentos y que estamos muy orgullosos de lo conseguido hasta ahora ¡También hoy!.
Como cierre de esta crónica (y a título personal), diré que, como es habitual, no tenía pensado realizar comentario alguno sobre el arbitraje ni sobre algunas actitudes que se observan en el terreno de juego y en ocasiones fuera de él, pero no puedo evitar hoy la tentación de realizar un llamamiento a la tranquilidad y a la cordialidad. Como Escuela que somos creo que debemos entre todos dar ejemplo de juego limpio y de civismo, así en la victoria como en la derrota, y no buscar enemigos donde no los hay, pues yo, al menos, sigo creyendo que en estas categorías unas veces te dan, y otras te quitan, pero que en ninguna de ellas existe intencionalidad o mala fe. No demos ocasión a ello con nuestro comportamiento. Si nos granjeamos el respeto y admiración de todos, difícilmente podrá alguien tener animosidad hacia nosotros, y si alguna vez así sucediera, allá él con su conciencia, que la nuestra estará bien tranquila.
Tal vez así consigamos algún día erradicar los malos hábitos del mundo del fútbol, y dignificarlo como lo que es: un gran deporte.
Probablemente estaré equivocado, como siempre, pero quiero creer que esta vez no.
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